Seguridad

Seguridad con la mandolina: respeto sí, miedo no

La mandolina impone respeto porque corta mucho. Con unas cuantas reglas claras y algo de práctica, puedes reducir muchísimo el riesgo de cortes tontos. Si estás empezando, combínalo con la guía de cómo usar una mandolina.

Guía de seguridad

Usar la mandolina con cabeza para evitar la tirita

Una mandolina es básicamente una cuchilla muy afilada montada en un soporte. Si la tratas como un juguete, es fácil acabar con un corte. Si la tratas como una herramienta afilada, pero con respeto, puedes trabajar con ella con mucha tranquilidad. Y cuando ya domines lo básico, aprovecha para hacer recetas con verduras laminadas: ahí es donde la mandolina brilla de verdad.

Actitud general: respeto sí, miedo no

Lo primero es cambiar el chip: la mandolina no es un monstruo, pero tampoco un juguete. Igual que con un cuchillo, la seguridad depende en gran parte de cómo tú la usas. Si nunca has usado una, empieza por la guía práctica de cómo usar una mandolina paso a paso.

  • No la uses con prisas, ni “de paso” mientras haces tres cosas a la vez.
  • Evita usarla cuando estás muy cansada o desconcentrada.
  • Ten siempre la encimera mínimamente despejada cuando vayas a cortar.

Si te da respeto (normal), empieza con cortes fáciles y comida “agradecida”: calabacín, pepino o patata para un gratinado. Luego ya te metes en cosas más finas. Para ideas, aquí tienes recetas: verduras laminadas con mandolina.

Postura y superficie de trabajo: que nada se mueva

Una de las claves de la seguridad es que la mandolina esté estable y tú cómoda mientras trabajas:

  • Colócala sobre una superficie plana, idealmente una tabla o la encimera, con las patas antideslizantes bien apoyadas.
  • Evita usarla sobre el fregadero con agua cerca, donde todo resbala más.
  • Ajusta la altura para que el brazo trabaje relajado, sin tener que levantar mucho el hombro.

Si la mandolina se mueve, puedes colocar un trapito húmedo o una esterilla antideslizante debajo de la tabla. Y si tu modelo es inestable, quizá te compense mirar una opción más segura en comparativas.

Protector de manos y guante anticorte: el combo ganador

El protector de manos que trae la mandolina no está de adorno: es tu primera línea de defensa para mantener los dedos lejos de la cuchilla. Si vas a usar la mandolina a menudo, aprende también la rutina de limpieza segura (sí, muchos cortes pasan limpiando).

  • Aprende a pinchar bien el alimento en el protector para que no se suelte con facilidad.
  • Recoloca el alimento cuando notes que el agarre afloja, en lugar de seguir “a lo loco”.
  • Si quieres un plus de seguridad, usa un guante anticorte en la mano que sujeta el protector o el alimento.

La idea es que tus dedos no estén nunca en la trayectoria de corte, incluso aunque des un tirón más brusco de lo que pensabas.

Si el protector de tu mandolina es “meh” y no agarra bien, no lo fuerces: ahí se acumulan sustos. En ese caso, o guante anticorte, o plantéate un modelo mejor diseñado. Te dejo dos rutas rápidas: mandolinas para principiantes y mejor mandolina 2025.

Técnica de deslizamiento segura: movimiento fluido, sin tirones

La mandolina funciona mejor con un vaivén suave y constante que con tirones bruscos. Algunas ideas que ayudan:

  • Empieza siempre despacio, sin buscar velocidad. La rapidez llega sola con la práctica.
  • No aprietes hacia abajo con fuerza: deja que sea la cuchilla la que haga el trabajo.
  • Mantén la vista en el alimento y la zona de corte, no en el bol donde caen las rodajas.
  • Si algo se engancha, para, retira los restos con un utensilio (nunca con el dedo) y continúa después.

Si notas que estás “empujando fuerte”, suele ser por una de estas: postura mala, grosor mal ajustado o cuchilla sucia. Para la parte práctica completa, mira cómo usarla paso a paso y, para el mantenimiento, la guía de limpieza y cuidado.

El trozo final de verdura: el momento más delicado

La mayoría de cortes con mandolina ocurren cuando queda un trozo pequeño y queremos apurarlo al máximo. Este punto también lo tratamos en el post de errores comunes al usar mandolina.

  • Si no usas protector, lo más sensato es no apurar ese trozo final.
  • Con protector, vigila que todavía haya superficie suficiente para que agarre bien.
  • Cuando ya sientas que el trozo “baile” o se engancha raro, es mejor parar y reservarlo para otra preparación.

A la larga compensa perder dos rodajas de verdura a cambio de salvar la yema de los dedos.

Errores habituales que conviene evitar

Estos son algunos errores típicos que se repiten cuando alguien empieza con la mandolina. Si quieres el “despiece” con solución práctica, tienes el post completo aquí: errores comunes al usar mandolina.

  • Usarla directamente sobre el fregadero mojado, donde todo patina más.
  • Probarla por primera vez con alimentos muy duros o grandes sin trocear.
  • Guardarla sin limpiar, y luego frotar cerca de la cuchilla con restos resecos.
  • Prestar la mandolina sin explicar cómo se usa y sin insistir en el protector.
  • Intentar imitar la velocidad de un cocinero profesional desde el primer día.

Mandolinas que sólo dan tranquilidad

Una mandolina de cocina vertical es más segura porque mantiene la mano más alejada de la cuchilla y guía mejor el alimento, lo que reduce resbalones y despistes durante el corte.

Antes de empezar, ajusta el grosor con el selector y trabaja sobre una superficie seca y despejada.

  • Encimera: colócala en una superficie plana y seca y asegúrate de que no se mueve.
  • Protector y alimento: sujeta el alimento con el guardamanos y corta con pasadas cortas, manteniendo los dedos lejos de la cuchilla.

Busca un vídeo donde expliquen con calma la postura, el protector y el trozo final de verdura.

Puedes ver el vídeo una vez de corrido y luego repetirlo con la mandolina delante, copiando el gesto con calma. Si luego quieres ponerlo en práctica con recetas fáciles, aquí tienes un buen punto de partida: recetas con verduras laminadas.

Resumen rápido de seguridad con la mandolina

Si tuviera que reducirlo a tres ideas clave, serían estas:

  • Superficie estable y entorno despejado.
  • Protector de manos (y si quieres, guante anticorte).
  • No apurar el último trozo si no lo ves claro.

Si combinas estas reglas con una buena rutina de limpieza y un uso progresivo, la mandolina se vuelve una aliada más en la cocina, no algo que dé miedo usar.

Ver guía: cómo usar una mandolina Ver guía: limpieza y cuidado de la mandolina

Si estás en modo “comprar bien y ya”, pasa por: principiantes, ranking 2025 y tipos de mandolina.